La que trae…
… no, no el vino, pero el pastel! O el pan. Y a veces todo el menú desde el aperitivo hasta el postre para nuestra gran familia. Cocinar y hacer pasteles era más o menos la única constante que he tenido en mis 39 años de vida. Es algo que hice tanto en mi casa en Suiza, como también durante mis muchos viajes que dependiendo de la cocina y herramientas disponibles a veces era bastante aventurero, pero siempre divertido!
Desdel 2011 estoy viviendo junto con mi marido catalán y 2 dálmatas (Bart + Lisa, como los Simpsons) en un pueblo encantador a unos 40 km de la ciudad de Barcelona en nuestra propia casa, rodeada de muchos árboles, césped verde, un parque nacional y muy bonitas vistas a la montaña.
Café, pastel & muchos viajes
Nací y crecí en el país más bonito del mundo, en Suiza y vivía en un pequeño pueblo cerca de Zúrich hasta que cumplí 19 años. Tengo el gen de hacer bizcochos y panes de mi madre y mi tía. Siempre había un pastel casero y pan en nuestra casa. Y hasta hoy, apenas un día pasa sin disfrutar de mi pastel de media mañana junto con un buen café. No puedo evitarlo ? Menos mal que me gustan los deportes para quemar estas calorías de mis segundos desayunos.
Definitivamente no era uno de esas niñas que sabían desde muy joven lo que querían hacer y quién querían ser en la vida. No tenía ni idea. Me gustaba cocinar y montar a caballo. En mis años de adolescencia mi caballo, Cory, era todo para mi. Con el fin de escapar de la expectativa común de la sociedad para elegir una sola cosa para ser en la vida pasé casi 6 años viajando por el mundo. Así que después de un poco de snowboard en los Alpes suizos, Escandinavia & USA, algunos meses haciendo vino en Australia del sur, siendo una guía de buceo en las Islas Galápagos, Honduras y Egipto, aprendiendo español y viajando en Chile, obteniendo la certificación como terapeuta de masaje y escritora técnica y algunos otros viajes cortos aquí y allá acabé trabajando en diferentes trabajos corporativos de vuelta en Suiza que no podían hacer ni mantenerme suficientemente feliz.
Transición al veganismo
En el 2016 las cosas empezaron a moverse en otra dirección. En el Instagram ví una foto que me llevó al libro del Dr. Greger „Comer para no morir“ y su página web nutritionfacts.org. Como consecuencia, he visto documentales como Cowspiracy, What the Health, Forks over Knives, Food Choices y videos en YouTube como por ejemplo el famoso discurso de James Aspey Wake Up Call, así como 101 razones para volverse vegano por James Wildman y por último, pero no menos importante, el famoso Estudio de China del Dr. Campbell. Y después de ser una especie de ovo-pescetariana durante algunos meses algún día me cambié totalmente a una dieta a base de plantas. Y no me repiento ni un sólo día.
Como amazona siempre fue obvio para mí no comer caballo (que es una cosa muy común en Suiza), pero nunca he pensado en el hecho, que un caballo es una vaca es un cerdo es un pollo es un pato y todos estos animales pasan por el mismo sufrimiento. Es sólo la sociedad que nos hizo creer que estos animales están aquí para nuestro consumo. Y crecemos en un entorno de una industria de alimentos y salud, que están trabajando juntos y ganan millones y billones jugando este juego con nosotros. Están trabajando duro para asegurarse de que seguimos creyendo esas mentiras, seguimos comiendo los mismos alimentos insalubres, y como consecuencia nos ponemos enfermos y tenemos las mismas enfermedades y por lo tanto tenemos que tomar los mismos medicamentos mientras pensamos que esto es lo que hay y lo que habrá al hacerse mayor. ¡Esto está tan mal! Las enfermedades crónicas más comunes son causadas por comer los alimentos equivocados y podrían ser fácilmente prevenidos simplemente cambiando lo que nos ponemos en la boca cada día.
Fáciles & asequibles
Sí, te aseguro que es posible hacer tartas, bizcochos o galletas sin huevos, mantequilla, nata u otros productos lácteos. Y puedo garantizarte que sabrán tan bien o incluso mejor que los que estás acostumbrado. Estos pasteles y panes 100% veganos son más saludables, ya que no tienen grasas saturadas, colesterol ni azúcar refinado y, por supuesto, no contienen aditivos o ingredientes que ni se puedan pronunciar. Están endulzado naturalmente con frutas deshidratadas como por ejemplo los dátiles, o también con plátanos, puré de manzana o azúcar de coco que tienen un índice glucémico mucho más bajo y no aumentarán tu nivel de insulina tanto como cuando comes azúcar blanco.
Hablando de ingredientes: Todas las recetas de esta página tienen ingredientes muy simples. Los encontrarás en tu supermercado local o en la tienda bio, te lo prometo. Y si no, siempre los puedes pedir al Sr. Amazon 🙂
Sí, también tú puedes hacer estas recetas!
Sólo tienes que elegir la que más te gusta y darte un empujón. ¡Sólo empieza! Una receta a la vez, inspírate, ponte en marcha y cuidate. Y con cuídate me refiero a que sí, te mereces este trozo de pastel con tu próximo café. Esto es lo bonito de la cocina vegana.